28 nov 2008

Una paseo nocturno de conciertos por Madrid

Siguiendo el hilo del post sobre la Riviera donde nos quejabamos que fuera la única sala de aforo medio de Madrid, en cuanto a las salas pequeñas tengo pocas quejas, hay unas cuantas, variadas, y con programación regular, aunque seguimos por detrás de los pasos de Barcelona. Si alguna observación tengo es que están excesivamente concentradas en el centro de Madrid, y no ocurre como en Londres donde tienes garitos en las zonas 3 y 4 (siempre me guio por el plano del metro); aunque hacer una comparación del panorama de la capital británica con la española es de locos.

Ayer jueves por la noche, mientras caía un buen fresquito sobre Madrid pretendía hacer un recorrido nocturno con tres paradas, tres conciertos que se quedaron en dos. Primero, Bleach en la Sala Juglar, en Lavapiés. La verdad que no conocía a estos madrileños, fui al concierto por la recomendación de un amigo (saludos a César) y me dejaron buena impresión. Pese a las deficiencias técnicas del sonido de la sala, mostraron que en cuanto a técnica instrumental no dejan nada que desear, al contrario, es problablemente su mayor virtud, y su sello rock muy punkero, que recuerda a The Clash en algunos temas, sería muy apropiado para agitar audiencias de más de los treinta que estábamos ayer allí. Se nota su admiración por Led Zeppelin -guitarra de atmósfera Jimmy Page-. He "linkeado" (si se dice así) su myspace donde están sus temas, un vídeo, y han colgado una escena acojonante de Snatch, cerdos y diamantes, además de su admiración por Cantona y Gem Archer.

Con los oídos ya algo castigados nos fuimos al Honky Tonk donde actuaba Circodelia. Una banda con un talento que no ha ido acorde con la huella que han dejado, reducida, aunque algunos seguimos acordándonos del rock'n'roll "stoniano", los acordes que recuerdan a un prematuro Bowie, y los ritmos propios del rock español y argentino. Victor Pérez -vocalista- se cantó temas clásicos como Las chicas de las canciones, Vamos a ir al infierno o Lo trágico es magnético con ese desparpajo de movimientos que siempre le ha caracterizado, bien acompañado por la banda, especialmente a la guitarra. Se atrevieron además a versionar el Maybe, I'm amazed de Paul McCartney y creo recordar (estaba algo ido) Shake, Rattle and Roll de Bill Haley, un tema clásico de la década de los 50.

Se me quedó en el tintero pasar por la sala Art Brut donde actuaban en la fiesta de la Revista Arto de Madriz, bandas como Hola a todo el mundo (que recomiendo), Russian Red o The Secret Society, versionando temas de los 90 bajo el lema "El grunge ha vuelto". Ya me contarán algo. Os dejo Ámame y muere de Circodelia:

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