25 ene 2009

CUCHILLO. Madrid, sábado 24 de Enero

Ayer decidimos pegarnos un viaje a la psicodelia más sesentera a través de loops de guitarra hipnóticos y juegos de voces que hacían viajar nuestra mente fuera del cuerpo, pura abstracción, y no, no estabamos borrachos ni colocados, simplemente era la música.
El Café de la Palma dió acogida a este dúo barcelonés que es la comidilla de los buenos oyentes en la ciudad condal, y destacado desconocimiento para la audiencia madrileña. Cuchillo es de esas bandas con las que te introduces en su camino sonoro de espirales del que no puedes salir, fusionas tu mente con las melodías de psicodelia aplastante, haces viajar tus pensamientos en alfombra mágica a lugares adimensionales.

Todo esto con dos personas, Dani e Isra, capaces de generar armonías "pinkfloydianas" -más bien Syd Barrett- y cierto aire retro-'70 alemán, con una personalidad pura, y es que estos dos catalanes saben perfectamente lo que quieren. He ahí el éxito del que disfrutan, pero hablo de un éxito a los niveles que ellos manejan, sólo para aquellos que consiguen entender su música. Hicieron una gira hace poco por el oeste americano con bandas como The Brian Jonestown Massacre. El público americano parece haberles apreciado tanto como el barcelonés; ayer eramos unos pocos los que manteníamos en silencio la sala, aquellos que disfrutábamos de sonidos cautivadores psicotrópicos, y es que una banda con este tipo de música merece un silencio sepulcral en una sala tan pequeña. No llego a comprender como se pagan 10 euros por un concierto para no escucharlo y mostrar una clara falta de respeto hacia la banda. Bien hay que decir que la audiencia madrileña sufre un mal endémico, y es que no sabe ir a conciertos.

Cuando conseguimos evitar el murmulleo de la parte trasera del local nos subimos a las nubes con melodías de hipnosis desgarradora como Breathing again que a partir de los dos minutos y medio te hacen sentir la locura de Apocalypse Now; piezas que parten del folk, pieza angular de su disco, como Summertime in Sweden; experiencias espirituales de búsqueda de identidad, It will be ok; o el caos y la brillantez que dibujan un paisaje árido en Cuando te canto. El disco homónimo lo tocaron al completo, muy recomendable para aquellos que necesiteis vivir un rato fuera de vuestra mente, fuera de vuestra vida cotidiana y querrais explorar vuestros propios sentidos.



1 comentario:

VCS dijo...

¡Qué gran experiencia! No podría haberlo descrito mejor.