19 feb 2009

La cámara y la música: como hacer que una escena te pegue un buen viaje (II)

Segunda entrega de este viaje por el cine extradimensional, bello en algunos casos, angustioso en otros, demente en la mayoría. Las neuronas se agitan de tal manera, que el cerebro produce las sustancias que nos crean esas sensaciones como si de una droga se tratara, sin necesitar elementos artificiales. El cine y la música combinados de tal forma que nuestra cabeza se mete en un trip, sí, de tripi, de misterio, psicodelia, espirales, caleidoscopios... Con la secuencia del deseo de Kevin Spacey sobre Mena Suvari en American Beauty, Sam Mendes hace un escenificación perfecta del erotismo de la mujer y el deseo del hombre.



Vuelve a aparecer Peter Fonda y las drogas, en The Trip esta escena es la pura vivencia de un colocado de LSD, reencarnando la esencia de las imágenes psicodélicas con un estupendo montaje. Todo ello bajo la calle Sunset Strip de Los Ángeles, paradigma de la carencia de alma que tiene esa ciudad.



Si alguno estaba preguntándose donde estaba la secuencia del bebé en Trainspotting aquí está. Una oda al surrealismo que penetra hasta el tuétano de nuestro subconsciente, haciéndola tremendamente angustiosa.



Otro filme que no es recomendable ver antes de acostarte, pues las imagenes de psicodélica que proyecta derivan en un terror silencioso, es Requiem por un sueño. Y, aunque hay una ristra de imágenes impactantes esta, es la que más derrota a tus sentidos. Lo infinito y caminos largos siempre son útiles para crear esa sensación de misteriosa desesperación interior.
http://www.youtube.com/watch?v=hcLnu_01c0Y (os pongo el enlace porque no me dejan insertarlo)

Mañana, la última entrega...

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