11 feb 2009

BLK JKS: Experimentalismo africano

El lucro con el que se mueve la industria discográfica y la prensa especializada es imparable. Como el típico salido detrás de la cachonda de turno en el bar, las discográficas y la prensa siguen las nuevas tendencias musicales con la lengua fuera. Una vez cogen a su presa, la moldean y nos la ofrecen como producto al oyente, que como un tonto con un lápiz, lo consumimos. Pasó con la época Arcade Fire y lo que se llamaba ópera-pop, barroco...está pasando con el dance-rock o como queráis llamarlo (lo que llamé música para ir pedo a propósito de Franz Ferdinand), pasa con la nueva ola neo-hippie-folk (donde entra parte de la New Weird America) y también con la llegada de los sonidos africanos al pop (Vampire Weekend es el que ha tenido más éxito).

En resumen, que la columna de arriba lo mismo tiene mucha relación o ninguna con lo que voy a escribir. El caso es que esta banda que ahora os presento es una de esas desconocidas que puede que lleguen a estar en boca de todos solo por el mero hecho de sus obvias influencias africanas, algo que como leo en un artículo "pone enfermo" a este grupo de cuatro piezas. La banda en cuestión se llama BLK JKS (pronunciado Black Jacks), son de Sudáfrica y están bajo el paraguas del sello independiente americano Secretly Canadian. Los cuatro (más alguna reciente incorporación), negros (y es necesario puntualizarlo porque sino su música no sería así), nacidos en el corazón del país africano, cada uno de su padre y de su madre, músicalmente: uno del jazz, el otro más Bob Marley, el guitarrista arrastrado por las guitarras de TV on the Radio, otro que si el blues de BB King, y hasta hay espacio para Placebo.

Cada uno es el fruto de un árbol, se juntan y montan una banda cuya etiqueta fácil sería un black rock al estilo TVOTR, pero no, mentiríamos. Es experimentalismo, guitarras que invitan a las espirales, batería afrobeat, distorsión sintética, una caótica erupción de coros y gritos, y la voz de Linda Buthelezi que te sumerge en el misterio. Es lo que pasa a Lakeside, la mejor pieza, por momentos oscura al entonar Buthelezi su apagada voz, por momentos destapa halos de luz de guitarra y coros tribales. Mientras, en Summertime, el guitarrista destapa su admiración por Hendrix, punteo y distorsión, la canción es suya, casi instrumental, súmale la percusión 'made in Africa'. Las letras, abrazan el realismo de la situación del continente negro con cierto componente de denuncia, y quien iba a hacerlo mejor que unos negros en un país que sufrió segregación racial hasta hace veinte años. Dicho esto, yo me quito el sombrero y espero a que salga su EP, Mystery, el 10 de Marzo.


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